martes, 31 de enero de 2012
Un desahogo
En un día difícil después de un día dificilísimo, en un día raro después de un día muy extraño, en un desfogue después de una espera incierta, un desahogo para este nuevo paso
Quillo (he vuelto a nacer)
Josele Santiago
Quillo, aquí estoy de nuevo
Ya ves, recién salío del huevo
Quillo, no dije adiós sólo dije hasta luego
Quillo, vengo de tocar fondo
Ya ves, hay que cavar muy hondo
Quillo, ya era hora de parar los pies y virar en redondo
He vuelto a nacer
He vuelto a nacer
He vuelto a nacer, es de creer, es de creer
jueves, 5 de enero de 2012
A Maranha IV
Qué canción, cuántos recuerdos nos trae a muchos, y a cada uno por una historia diferente.
Para mí fue la primera canción brasileña que me estremeció, gracias a Gal Costa y, sobre todo, gracias a mi hermana, que fue quien me la mostró.
Muchos años después me contaron que es el típico samba de borrachillos de São Paulo que cantan a la hora de despedirse, más a la manera tal como su compositor, Adoniran Barbosa, la cantó en 1.964.
Aunque no es solo eso, es el samba de São Paulo, es el himno paulista.
Pero entonces, cuando A Maranha la cantábamos, no sabíamos realmente qué significaba esta canción en la cultura brasileña (ni siquiera conocíamos la letra, la sacamos de oído); tan solo sabíamos que hablaba de la despedida de unos enamorados, porque él tenía que coger el tren de las once para regresar a casa a cuidar a su madre, y no se podía quedar, não posso ficar…
Trem das onze
Adoniran Barbosa
Não posso ficar, não posso ficar
Nem mais um minuto com você
Sinto muito amor, mas não pode ser
Moro em Jaçanã
Se eu perder esse trem
Que sai agora às onze horas
Só amanhã de manhã
E além disso mulher, tem outra coisa
Minha mãe não dorme enquanto eu não chegar
Sou filho único, tenho minha casa pra olhar
Não posso ficar, não posso ficar...
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