lunes, 8 de febrero de 2010

4.326.500

Es un número sin precedente histórico registrado. La tasa queda en el 18,83%, la más alta desde 1998.

4.326.500
18,83 %

La noticia salió hace pocos días.

En la prensa y televisión ya está olvidada.

Para 4.326.500 y pico personas es la noticia de todos sus días.


La gran mayoría de nosotros tiene uno, o varios, o todos los miembros de su familia en esta situación.


En este país, 19 de cada 100 personas aptas para trabajar no tienen qué trabajar.

En la zona donde yo vivo es aún peor, en el Sur. Una de cada cuatro personas se despierta cada mañana preguntándose qué coño voy a hacer. Cómo voy a mantenerme en el follón en que me he metido en mi día a día: mejorar mi vida. Otros, en peor situación, solo pueden preguntarse cómo voy a sobrevivir.


¿Qué ha pasado?


Desde niño creí que el futuro sería mejor, para todos.

Y esto va para atrás.

Cada vez más atrás.


Había un chiste gráfico de Romeu que decía así:






Siempre creí que los tiempos modernos nos mejorarían la vida, a todos.
Pero, en general, estamos tan desunidos… porqué?


Cuando éramos niños aprendimos a ayudarnos unos a otros, todos.
Unos nunca lo olvidan.
Otros se olvidaron.
Y otros utilizan el olvido de los otros para su provecho.

Una vez que esos niños han crecido se han olvidado de que son niños


Una hija de Charles Chaplin, Geraldine, decía –más o menos, según recuerdo- que si su padre viviera estaría triste porque siempre creyó que la especie humana tendería a mejorar en el futuro, que aprendería a ser más solidaria, unos con otros.

Y el presente va hacia el pasado triste que ya se vivió.




Imágenes y música: "Modern Times". 1.936, Charles Chaplin.
Edición: Sharli

"Necesitamos el mismo dinamismo político para detener la sangría del desempleo que el demostrado para rescatar a los bancos". Juan Somavía, director general de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), 2.010.



Tal vez mi reflexión sobre el problema pueda parecer pueril.
Pero es que sigo siendo un niño en un mundo en el que muchos olvidaron serlo.
Desde la simplicidad infantil se ven las cosas claras, no viciadas por el mundo “adulto" en que nos hemos metido y algunos consiguen mantenernos.
Desde la inocencia me preocupo, con sinceridad, de los otros niños –aunque hayan crecido- y sus problemas; porque agradezco que los demás se preocupen por mí cuando tengo problemas. Agradezco su ayuda y –aunque solo sea eso lo que me puedan dar- su comprensión.

Con algunas cosas de la vida “sólo no puedes, con amigos sí”.




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